Es evidente que la circuncisión afecta la manera en que el hombre siente placer durante el sexo, ya sea, solos (masturbación) o con pareja. Lo que hay que aclarar es que no hay una disminución del placer, sino un CAMBIO en cómo se siente, y un cambio que, la gran mayoría de los que se operan de adultos, percibe como positivo. Es importante diferenciar los conceptos de PLACER y SENSIBILIDAD. Por ejemplo, si nos pinchamos el dedo con una aguja, estamos sintiendo placer? No. En ese caso, hay un alto nivel de sensibilidad, pero nos provoca DOLOR y MOLESTIA, y no placer. En general, la mayoría de los no-circuncidados tienen una hiper-sensibilidad en el glande, debido a que está la mayor parte del tiempo cubierto, húmedo y sin acceso al roce externo. Al tener una erección y descubrir el glande, muchos hombres sienten un exceso de sensibilidad, lo cual es incómodo y físicamente molesto, muy lejos de una actividad controlada y placentera (como el sexo debiera ser).
Tras la circuncisión, el glande va perdiendo de a poco esa humedad, se agranda considerablemente (por carecer del efecto estrangulador del prepucio) y queda expuesto permanentemente al roce externo. Esto hace que la hiper-sensibilidad se vea reducida, dando paso a un nivel de sensibilidad normal que permite gozar plenamente el tacto directo del glande. En resumen, la circuncisión permite que muchos hombres problematizados por el dolor producido por esa excesiva sensibilidad logren experimentar el placer tranquilamente y en perfecta coordinación con la pareja.