La posibilidad de prevenir y tratar adecuadamente diversos trastornos frecuentes en este período, explica el enorme interés que ha despertado su estudio.
El climaterio es una etapa de límites poco precisos durante la que se produce una pérdida gradual de la función ovárica. La menopausia se define como la fecha de la última menstruación, pero frecuentemente se usa este término para referirse al período climatérico e incluso a todo el período posmenopáusico. Si la edad media a la que ocurre la menopausia es 50 años y la esperanza de vida de la mujer se acerca a los 80, un tercio de la vida va a ocurrir tras la menopausia. La posibilidad de prevenir y tratar adecuadamente diversos trastornos frecuentes en este período, explica el enorme interés que ha despertado su estudio.
Los fenómenos patológicos asociados con frecuencia a la menopausia y en los que desempeña un papel clave, aunque no exclusivo, el déficit estrogénico, se podrían resumir en:
1. Síntomas climatéricos: Inestabilidad vasomotora (sofocos); atrofia del epitelio urogenital (dispareunia, molestias e infecciones urinarias), mayor vulnerabilidad psicológica, siendo más frecuentes la ansiedad, depresión, trastornos del sueño, disminución de libido, cefaleas de tensión.
2. Incremento del riesgo cardiovascular: La menopausia se asocia, en un porcentaje de mujeres, a un perfil lipídico más aterógeno (incremento del colesterol total y del colesterol-LDL, descenso del colesterol-HDL). Aumenta la prevalencia de hipertensión arterial, obesidad y diabetes mellitus. A ello se añade el progresivo aumento de mujeres fumadoras. Las enfermedades cardiovasculares (cardiopatía coronaria, enfermedad vascular cerebral), que son relativamente infrecuentes antes, aumentan su morbimortalidad 2-3 veces tras la menopausia.
3. Desarrollo de osteoporosis (OP): El tejido óseo sufre un continuo recambio para mantenerse joven, con un equilibrio, en condiciones normales, entre reabsorción y formación ósea. Este recambio ocurre a nivel de pequeños focos distribuidos al azar por la superficie ósea denominados unidades de recambio óseo. En ellas, durante dos semanas, los osteoclastos excavan una laguna o cavidad en el hueso (reabsorción) y posteriormente los osteoblastos depositan matriz ósea que rellena dicha cavidad y termina mineralizándose (formación). La pérdida ósea que caracteriza a la osteoporosis ocurre tanto por aumento de la actividad osteoclástica, por disminución de la actividad osteoblástica o por ambas.
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